Jorge Tacla (Santiago, 1958) es principalmente un pintor. Sin embargo, se destaca por ser un artista excepcionalmente generoso con el campo cultural nacional, involucrándose no sólo con la historia local, sino también en la formación de artistas más jóvenes que él. A su vez, este compromiso se expresa en su interés por las causas justas a nivel mundial, dando un carácter universal a su pintura -o sus desplazamientos, como el que aquí presenciamos- para aludir a acontecimientos que ocurren lejos de la austral Panguipulli, destacando a través de su arte la crueldad de ciertos aspectos del ser humano.
Las series de Jorge Tacla sobre bombardeos son ampliamente reconocidas, incluyendo aquellas que retratan eventos cercanos como el bombardeo a la Casa de Gobierno de Chile el 11 de septiembre de 1973, así como otros que se han sucedido de manera incesante, como aquellos sobre edificios públicos -particularmente- en Oriente Medio.
Es precisamente en esta región donde se desarrolla la última de las guerras televisadas, un fenómeno al que, lamentablemente, nos hemos habituado más de lo razonable. Esta realidad es sin duda uno de los temas que moviliza la reflexión intelectual de Tacla. Desde el comienzo de su carrera, su interés por el imperialismo y el colonialismo como fenómenos de expolio y lucha por la supervivencia de los pueblos queda evidenciado, como se muestra en su participación en 1984 en la exposición Art Against Apartheid (AAA) organizada por la Foundation for the Community of Artists en Nueva York, en solidaridad con la lucha racial negra.